“El Invernadero Rojo” (2021) es una obra que habla de la actual crisis medioambiental, social y cultural producto del devastador modelo de desarrollo económico imperante. La búsqueda de un crecimiento desenfrenado, acumulativo y de beneficios económicos a cualquier costo, nos ha llevado a una crisis sin precedentes que nos habla de un cambio de época.
Sin un afán moralizante, “El Invernadero Rojo” nos propone un ejercicio visual que se fundamenta en la perversión de la percepción visual, generando múltiples asociaciones y lecturas sobre nuestra realidad social y medioambiental.
“El invernadero rojo” es una escultura pensada para el espacio público cuyos cristales han sido reemplazados por metacrilato rojo translucido. La obra tiene un carácter interactivo que permite ser vista desde afuera y desde adentro, tiñendo de rojo la mirada, el paisaje y las personas que circulan.
No obstante la simpleza técnica del trabajo, la operación visual comporta una serie de asociaciones y metáforas relativa al cambio climático (sequía y gases de efecto invernadero), a la historia y psicología (sangre, fuego, radiación infrarroja e incandescencia), o al peligro (bandera roja). En cuanto a la economía, el rojo es el color indicativo de las caídas (números rojos), los que alertan de que algo va mal.
Esta intervención, originalmente comisionada por MadBlue y diseñada específicamente para el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque de Madrid, nos habla de múltiples crisis, situándose en el cruce entre la escultura, la instalación, la arquitectura y lo pictórico, y proyectándose entre lo material y lo ilusorio, lo social y lo doméstico, lo político y lo poético, lo ornamental y lo monumental, y lo público y lo privado como es habitual en su obra.